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istmo de carne entre la huevada y el ojal. Lugar fronterizo, de difícil acceso y sin nombre o, al menos, yo lo desconozco. Creo que nunca he visto esa parte de mi cuerpo y, por eso, me gusta llamarla "mi huerto de Getsemaní", donde florecen las más bellas, sabrosas y aromáticas frutas entre pelangajos y demás huéspedes inguinales. No obstante, lanzo aquí la propuesta para dar un bonito nombre a esa parte tan íntima como sacrosanta.
2 comentarios
Guille -
¡Pero no! El señor listillo ha de romper mis sueños de moderno descubridor anatómico: "ya existe, se llama perineo". Pues menudo nombre de mierda. Ni pizca de lirismo, "palabro" que apesta a lenguaje médico, aséptico, aburrido...Ya encontraré otra parte del cuerpo a la que nunca nadie antes haya dado un nombre y, entonces, deberás arrodillarte ante mí y lamerme el perineo.
Carlos -