Racing Santander - Real Madrid. 1-3 (El Sardinero, 6 de marzo)
Extraordinaria victoria del Real Madrid con una primera parte sublime en la que salió disfrazado de FC Barcelona, aprovechando la época del Carnaval. El juego combinativo, fluido, rápido y preciso de los primeros 45 minutos recordó mucho al del equipo culé.
Fue una actuación primorosa de todos los jugadores, que jugaron con un dibujo nuevo debido a las numerosas ausencias: un único mediocentro, Xabi Alonso, tres centrocampistas por delante del tolosorra y dos delanteros, Benzema y Adebayor.
La presencia de Granero y la ausencia de Cristiano Ronaldo ayudó a que el habitual juego directo del Madrid cambiase por otro más pausado y de toque. En cualquier caso, la intensidad en la presión y la calidad de los jugadores de ataque permitieron la formidable actuación de la primera parte.
Hubo ocasiones de todos los colores antes del primer gol: dos disparos al palo, del que últimamente están enamorados los jugadores blancos, un remate a bocajarro de Benzema a las nubes, otro a puerta vacía marrado por Marcelo, disparos desde fuera del área de Di María y Marcelo. En definitiva, un vendaval incontenible por el Racing.
Por encima de todos, surgió la figura de Özil, el maestro de ceremonias perfecto para este juego rápido y preciso. Su elegancia acompaña todas sus acciones sin penalizar su efectividad. No en vano fue el autor de las dos asistencias de los dos primeros goles. El primer tanto lo anotó Adebayor tras una doble pared del genio alemán con Benzema y el delantero togolés, que culmina a placer una preciosa jugada de tiralíneas imaginada y ejecutada a la perfección por los tres. El segundo después de un pase con el exterior de la zurda en profundidad a Benzema, que bate por bajo a Toño en su desesperada salida.
Al acabar la primera parte, finalizó una de las actuaciones más bellas del Real Madrid en los últimos años. Un verdadero regalo que, además, llegó por sorpresa, cuando menos se esperaba por tratarse de una difícil visita y por las bajas con las que llegaba a El Sardinero.
La segunda mitad empezó con el Madrid sin disfraz, vestido de sí mismo, intentando controlar el partido con solvencia y lanzando zarpazos a la contra. Únicamente se vio inquietado tras un penalti lanzado de forma lamentable por Pinillos, que Casillas atajó, que provino de una pérdida de balón de Marcelo en una de sus habituales frivolidades; y después del gol del Racing conseguido por Kennedy en una buena combinación con Rosenberg. Apenas duró unos minutos la inquietud, ya que en una contra comandada por Di María, Benzema anotó su segundo gol de la noche disparando ajustado al palo largo de un vendido Toño. Al final, Adebayor marró un penalti, lanzado de forma tan deficiente como el anterior del Racing.
En resumen, victoria convincente y demostración de que hay un plan B en forma de otro sistema de juego. Y lo más importante, parece que hay vida sin Cristiano Ronaldo. De todos modos, que vuelva cuanto antes. Con el portugués en el campo la primera parte habría acabado con un resultado escandaloso.
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