Blogia
lasnochesdeMcNulty

Rayo Vallecano - Real Madrid. 0-2 (Vallecas, 24 de septiembre)

"¡Qué pereza! Ir a Vallecas ¡y por dos veces! Si es que es normal lo del apagón. En una barriada obrera no se puede esperar más. En "La Finca" o en "La Moraleja" esto no hubiese pasado". Probablemente, éste fuera el pensamiento de gran parte de la plantilla del Madrid y de la directiva en pleno. Pero la vida es así. Se ha de bajar al fango de vez en cuando. A las cinco de la tarde te ves tumbado en la piscina al lado de Irina Shayk y a las nueve y media estás esperando a que se enciendan los focos en el vestuario de un equipo de barrio.

El caso es que a la segunda fue la vencida. Y esta vez sí que el Madrid entendió la importancia del partido, el escenario y el equipo rival. Nada de relajación, nada de brillantez. Un simple ejercicio de profesionalidad. Concentración atrás y balones en largo, que el campo invitaba a ello. 

Bien pronto se adelantó el equipo pijo. Buena internada de Di María, pase preciso y gol a placer de Benzema. El equipo pobre respondió con su única ocasión (doble) del partido, pero Iker y, sobre todo, Xabi Alonso desbarataron el sueño obrero vallecano. La banca siempre gana. Es lo que hay. Más en estos tiempos.

A partir de entonces, poco que explicar. Contra tras contra del BBVA hasta que el BCE (mediante su árbitro) decretó cobrar el primer plazo de la deuda: penalti y golito para calmar a los mercados, que en el caso del fútbol es la suma de los megacracks del momento y sus especuladores representantes. 

0 comentarios