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lasnochesdeMcNulty

Real Madrid - Hércules. 2-0 (Santiago Bernabéu, 12 de febrero)

Otro trámite funcionarial del Madrid: victoria con el mínimo esfuerzo. El Hércules apenas opuso resistencia - un par de remates en la primera parte - aunque mostró una actitud diferente a la de otros visitantes recientes como el Málaga y el Levante.

El ritmo del partido se mantuvo constante los noventa minutos: el Madrid controlando el balón con suficiencia y el Hércules esperando más o menos ordenado. Los goles cayeron porque tenían que caer, porque la lógica se impuso como no podía ser de otra forma. 

Ambos fueron conseguidos por Benzema. El de la primera parte después de un pase al hueco de Özil a Arbeloa, que asistió con tranquilidad al francés. El segundo en una buena jugada por el costado izquierdo con recorte hacia dentro y remate ajustado al palo evitando al portero. Cada día está mejor Benzema, liberado del encorsetamiento de la posición de delantero centro. Ahora es Adebayor quien se come el marrón. Por cierto, el togolés, pasado el efecto gaseosa del principio, está espesito y con poca chispa. 

¿Algo más a destacar? Poco, la verdad. Jugadores reservados para el choque ante el Lyon; cambios para repartir minutos, excepto el inexplicable de Granero por Xabi Alonso, y tres puntos más que sirven para presionar al Barcelona en su difícil choque contra el Sevilla.

Y el miércoles redoble de tambores, máxima expectación, el partido del año. Desde ya, todos los jugadores deben concentrarse en este vital choque, olvidarse del recuerdo de los últimos años y afrontar el partido con una intensidad total. ¡Que llegue ya! 

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