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lasnochesdeMcNulty

Un padrenuestro escéptico

Sí, lo sé. La idea no es mía, es de Benedetti. Aunque a mí se me hubiese ocurrido igualmente. 

 

Padre Nuestro que no estás en la tierra

ni en muchos de los que la transitamos

ni en los que dicen creerte.

Tampoco te esperamos, la verdad.

Quédate en tu cielito lindo,

rodeado de las lisonjas de los ángeles y los arcángeles.

 

Olvidado sea tu nombre

como las súplicas que te reclaman invocándolo.

¿Cómo puedes no contestar nunca?

Tan omnipotente, tan bueno...tan silencioso.

 

Mantente dentro de los límites de tu reino,

porque cada vez que los cruzas...¡ay!

cada vez que cruza esa cancela uno de tus santurrones,

se ciernen sobre nosotros negros nubarrones.

 

Hágase mi voluntad ahora y siempre.

Y la de todos los que me rodean.

Ya nos pelearemos por ver cuál se impone.

No te preocupes. No nos salves.

 

De panes, peces y otros milagros,

mejor no hablamos.

Del trigo y del milagroso molino

haré mi pan. 

Con mis manos, mi ingenio y mi paciencia.

 

Perdona mis fundadas dudas,

pero es que jamás has intentado despejármelas;

así como yo perdoné hace mucho tiempo tu olvido conmigo.

 

Por supuesto, déjame caer en la tentación.

Sin ella, no existen la virtud ni el pecado.

Ocultando su belleza tras sugerentes vestidos

o mostrando su ardiente desnudez. Da igual.

Quiero caerme abrazado a ésa y a todas las tentaciones.

 

Y no te pido que me libres de cualquier mal

porque a lo mejor me alejas de un bien.

 

Amén.  



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