Blogia
lasnochesdeMcNulty

Breve ensayo sobre la felicidad (2ª parte)

La imposibilidad de coger la felicidad con ambas manos y no dejarla escapar no tiene que ver con la dificultad de vivirla en presente, como apuntaba en la primera parte, sino en el hecho de que la felicidad tiene una hermana siamesa: la melancolía, que se adhiere a la primera con la pegajosa fuerza de la envidia.

Los breves instantes de felicidad desbordante tienen precisamente ese problema: se pierde felicidad porque se desborda. Desgraciadamente, el líquido que se decanta es felicidad, mientras que el poso de cristales de melancolía permanece. Por eso después de ese momento de excitante turbación que nos embarga por completo nos llega el momento "happiless". Nos bebemos con ansiedad el vaso de felicidad a grandes sorbos y el último trago es pura hiel, porque la melancolía es tan paciente como puta y espera a lo último para aparecer en escena. 

Por lo tanto, la gran enemiga de la felicidad es la melancolía. Una vez se tiene, jamás se pierde. Te jodes y te adaptas. No queda otra. Además, el contagio sobreviene demasiado pronto: durante la niñez. Así pues, debemos hallar la vacuna cuanto antes y salvar a nuestros niños de la dichosa melancolía. 

0 comentarios