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lasnochesdeMcNulty

Real Madrid - Atlético. 4-1 (Santiago Bernabéu, 26 de noviembre)

De nuevo, el derbi de la marmota: otra victoria fácil madridista. Da igual cómo llegue uno y otro equipo al partido. Da igual lo que suceda durante el partido. Siempre acaba imponiéndose el Madrid. El complejo de inferioridad atlético es tal que salen derrotados de antemano.

Aunque el arranque atlético sembró dudas en los locales. Se posicionaron bien los pupilos de Manzano. Taparon a Xabi Alonso y evitaron la presión blanca. Al cuarto de hora se adelantó el Atlético gracias a una buena jugada de Adrián, que combinó con Diego y resolvió picando por encima de Casillas. En ese instante, la marmota parecía presagiar borrasca en el Bernabéu, pero en seguida se despejaron los nubarrones anunciados. Cristiano Ronaldo, muy activo durante la primera parte, filtró un pase al hueco a Benzema que fue claramente derribado por Courtois. Penalti, expulsión, gol y final del derbi. 

A partir de entonces el Atlético se dedicó a pegar más de la cuenta y a encomendarse a la virgen del cronómetro deseando el pitido final como único objetivo. El Madrid manejó perfectamente el encuentro. Fue aumentando poco a poco la tensión competitiva hasta que el equipo colchonero cayó de maduro. Xabi Alonso, tras el discutible cambio de Diego, se vio liberado y empezó a alumbrar el juego blanco con el consiguiente aumento de posesión. Durante la primera mitad aguantó el Atlético razonablemente bien. Apenas un disparo ajustado de Cristiano Ronaldo y otro a bocajarro de Benzema que salvó un defensa cruzándose providencialmente.

Sin embargo, en la segunda mitad el Atlético se deshizo como un azucarillo. Antes del minuto cinco, la velocidad del delantero portugués dejó en evidencia a Godín, que estuvo particularmente horrible en defensa, y asistió sin querer a Di María, que fusiló con violencia la portería rival. Curiosamente el Fideo volvió al equipo como un cañón después de su lesión muscular. Lástima que sea tan mal deportista y se pase el partido entero fingiendo o exagerando. Es exasperante su actitud llorona. A ver si consiguen educarlo y nos evita ese lamentable espectáculo "buyesco". 

El partido estaba finiquitado y el Madrid con el dominio absoluto. Salió Higuaín y anotó uno de sus goles de porfía: Godín dispuso de tres días y mil opciones para despejar un balón, pero ahí estaba Higuaín para aprovechar su indecisión. Fue un error patético, con resbalón incluido de Domínguez, que sentenció el derbi.

Con todo decidido, el Madrid se dedicó a contemporizar. El Atlético, completamente abatido, no volvió a inquietar la portería rival desde su tempranero gol. La afición se dedicó a disfrutar e, incluso, estuvo caliente gran parte del encuentro. Y así llegó el último de la noche, gracias a un penalti transformado por Cristiano Ronaldo, tras una increíble pared trazada entre éste e Higuaín, que Godín decidió afear abalanzándose sobre el Pipita. 

Con todos los madridistas celebrando la victoria, el Getafe nos regaló la segunda alegría de la noche derrotando al Barça y alejándolo a seis puntos del liderato. Noche redonda. 

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