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lasnochesdeMcNulty

Real Madrid - Getafe. 4-2 (Santiago Bernabéu, 10 de septiembre)

Extraño partido que no deja buenas sensaciones al Madrid. Empezó muy enchufado, espoleado por el tropiezo del Barça en Anoeta. En los primeros diez minutos dispuso de cuatro ocasiones, alguna bastante clara como un extraordinario remate de Cristiano Ronaldo con la cabeza. Poco después marcó Benzema en una preciosa jugada iniciada en el centro del campo por Özil, que abrió hacia el costado izquierdo de Marcelo, el cual introdujo el balón con peligro en el área, lo recogió de nuevo Özil para convertir el balón en una bomba asisitiendo a Benzema, que no tuvo más que detonarla con la puntería y potencia justas.

Continuó presionando arriba al Getafe y goteando ocasiones. Una de ellas muy clara de Coentrao en otra muestra de la exquisitez del turco-alemán filtrando balones venenosos a sus compañeros. 

A la media hora el equipo blanco pareció tomarse un respiro, que aprovechó el Getafe para inquietar al Madrid por su lado derecho: un disparo lejano bien atajado por Casillas y un centro con rebote que casi acaba dentro de la portería madridista. En seguida llegaría el gol del empate, obra de Miku, que tras un rebote en Pepe y gracias a la posición retrasada de Coentrao, ajustó al palo de Casillas con precisión.

Se llegó al descanso con la sensación de que el Getafe había empatado por la relajación del equipo local, pero que el Madrid merecía irse a la caseta con ventaja en el marcador.

La segunda mitad empezó con el Getafe creyendo en sus posibilidades contra todo pronóstico. El Madrid jugó partido y, en algunos minutos, a merced del rival. Aún así dispuso de una doble ocasión clarísima para adelantarse: una espectacular chilena de Cristiano Ronaldo que golpeó el palo y el posterior remate a placer de Coentrao que incomprensiblemente envió fuera. Lo que el nuevo fichaje portugués echó fuera, lo metió dentro el árbitro Clos Gómez señalando una falta fuera del área como penalti. El delantero luso agradeció el regalo acudiendo a su cita con el gol. A los pocos minutos Cristiano Ronaldo metió un pase perfecto a Benzema en un fulgurante contragolpe que el francés no tuvo más que empujar tras la salida mal medida del portero Moià. 

Cuando parecía que todo estaba controlado de nuevo, Miku acortó distancias con frialdad, constatando que en la segunda mitad el Madrid había perdido el control del partido. Fue algo sorprendente o, quizás, no tanto. Xabi Alonso apenas participaba en el juego. Su compañero en el centro, Coentrao, no cohesiona al equipo. Aunque es voluntarioso, ayuda en el corte y llega al área rival, con muy poco acierto, no obstante, no mezcla bien con Xabi o ésa no es su posición. Tiene recorrido y dinamismo, pero en la posición de medio centro no ayuda a equilibrar al equipo. Recuerda al bullicioso Marcelo, que revoluciona los partidos pero, a veces, al precio de romper el orden táctico de su equipo. 

Casi al final, Higuaín marcó su gol demostrando el delantero que lleva dentro: pase al hueco, pugna con el defensa rival, cuerpo protegiendo el cuero, quiebro para buscar una buena posición de disparo y remate engañando al portero. Gol y tranquilidad para los últimos minutos.

Aunque el resultado es bueno, todavía mejor teniendo en cuenta el empate del Barcelona, el juego en la segunda parte no fue bueno. Además, el Madrid ofreció cierta sensación de vulnerabilidad que parecía olvidada. Sin embargo, volvió a disfrutar de un montón de ocasiones de gol. Aún jugando mal, crean peligro con asiduidad. Buena señal, al menos se puede acudir a la pegada arriba cuando el juego no aparece. 

Dos jornadas disputadas y dos puntos por encima del archirrival. Buen comienzo.

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