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lasnochesdeMcNulty

Bertrand Russell

Bertrand Russell

Fue uno de los más grandes sabios del siglo XX. Por su extensa obra y por la diversidad de disciplinas que abarcó, desde las matemáticas a la filosofía. Todo ello con la literatura como base de su erudición y como herramienta de su extraordinaria capacidad de comunicación, ya que se trata de uno de los personajes más influyentes del siglo pasado, sobre todo, en países anglosajones.

Vivió 98 años, increíblemente bien aprovechados. Nació en 1872 en una familia aristocrática inglesa. No en vano, su abuelo fue primer ministro. Desgraciadamente quedó huérfano de padre y madre muy joven, con apenas seis años. Se crió con sus abuelos y hermano en el típico ambiente victoriano de la época en el que la lectura y el conocimiento clásico formaban parte central de la educación. Ingresó en el Trinity College de Cambridge y pronto fue captado por el grupo de Los Apóstoles, una élite de brillantes alumnos del Trinity College (al que ya hice referencia en el post referente a Anthony Blunt) que discutían sobre casi cualquier tema en un ambiente mucho más liberal del imperante por entonces en el Reino Unido.

Estudió matemáticas y filosofía. Su facilidad para la lógica le habilitaba para ambas disciplinas. Sus estudios sobre teorías de conjuntos dicen que son fundamentales en el devenir de esta disciplina. En el ámbito de la filosofía desarrolló una vasta obra, siendo su influencia enorme en muchos autores contemporáneos y posteriores.

Además, escribió sobre otros muchos y variopintos asuntos en sus decenas de libros. Siempre con rigor y con un lenguaje alejado de la ortodoxia académica, que lo convierte en un autor fácil de leer y muy entretenido, pues todas sus obras están trufadas de un refinado sentido del humor y de una modernidad sorprendente. Sus opiniones a favor del sufragio de la mujer allá por 1910, sobre una sexualidad más abierta y a favor parcialmente del divorcio en la década de los treinta, su antimilitarismo durante la Primera Guerra Mundial y, más tarde, durante la guerra de Vietnam, su radical oposición a la proliferación de las armas nucleares en plena Guerra Fría o sus originales propuestas sobre urbanismo y ocio para las clases populares son sólo una pequeña muestra de su pensamiento liberal y multidisciplinar.

Es admirable tanto su profundo y amplio conocimiento de los diferentes asuntos tratados, como su facilidad para transmitir todos esos conocimientos y opiniones con entusiasmo y sencillez, permitiendo a sus lectores disfrutar y aprender a partes iguales. Da igual que leas su “Historia de la filosofía occidental” sobre algunos de los más sesudos filósofos o su librito “Elogio de la ociosidad” sobre las ventajas del tiempo libre para el individuo en particular y para la sociedad en su conjunto gracias a la teoría utilitarista económica, en ambas obras se disfruta como un enano de su contagiosa sabiduría.

Obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1950 y se dijo en esas fechas que era el segundo inglés vivo más importante e influyente tras Winston Churchill. Murió en 1970 dejando tras de sí una vida y una obra envidiables defendiendo la libertad de pensamiento.

¡Quién pudiera vivir 98 años con esa inteligencia y lucidez! 

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