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lasnochesdeMcNulty

Una teoría sobre Garbo

La increíble y fascinante historia de Joan Pujol, apodado Garbo por el MI5, es tan admirable como sorprendente. Este agente doble engañó por completo a la Abwehr, el servicio secreto alemán, durante la Segunda Guerra Mundial y resultó clave en las tareas de desinformación durante el desembarco de Normandía, haciendo creer a los alemanes que el desembarco se produciría en Calais.

Tejió una red de mentiras y agentes inventados a lo largo de todo el planeta tan compleja y verosímil que, con la ayuda del MI5, consiguió engañar durante años a los nazis. De hecho, una vez finalizada la guerra, su contacto alemán en Madrid le dio una enorme suma de dinero en agradecimiento por los servicios prestados. Es más, recibió cantidades ingentes de dinero de los alemanes durante la guerra para pagar a su red de agentes inventados, que sirvió para financiar algunas de las operaciones de contraespionaje del MI5 británico.

Fue el agente doble perfecto. La única persona que obtuvo durante la Segunda Guerra Mundial las máximas distinciones de ambos bandos: la Cruz de Hierro del Reich y la Orden del Imperio Británico. ¡Alucinante!

Cuesta creer que los alemanes fuesen tan tontos. ¿Cómo consiguió engañarles durante tanto tiempo? Dicen que sus mensajes estaban llenos de una pasión, de una implicación tal, que estaban provistos de una verosimilitud imposible de no creer. Personalmente, creo que Garbo, Joan Pujol, era un “bendito loco”, una de esas personas que se crean una vida paralela gracias a una imaginación desbordante y a una mente algo perturbada. Ni siquiera pienso que fuese un anti-nazi convencido. Simplemente encontró el modo de hacer lo que más le gustaba – inventarse historias – con los mejores medios posibles: el servicio secreto británico de su graciosa majestad. Nunca pidió conocer nada ni a nadie más del MI5. Únicamente tenía interlocución con uno de sus agentes. Así que imagino que no tenía una verdadera vocación de espía, sino tan sólo una casi enfermiza pasión por inventar, por dar rienda suelta a su prodigiosa imaginación. La paradoja es que se convirtió en uno de los mejores espías de la historia.

Después de la guerra, se inventó su propia y rocambolesca muerte en Angola por la mordedura de una serpiente y dejó a su mujer e hijos en España para establecerse en Venezuela, donde creó una nueva familia y vivió durante años desaparecido.

Al acercarse el 40 aniversario del desembarco de Normandía, un miembro del MI5 empezó a investigar la sospechosa desaparición de Garbo y lo localizó en Venezuela. En 1984 emergió de nuevo, para sorpresa de su primera familia que lo creía muerto, y fue agasajado por los británicos otra vez. Pocos años después falleció este curiosísimo hombre, cuya historia es absolutamente desconcertante.

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