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lasnochesdeMcNulty

Málaga - Real Madrid. 1 - 4 (La Rosaleda, 16 de octubre de 2010)

Victoria fácil e inevitable del Real Madrid. El Málaga, con ese presidente parvenu llegado de los emiratos árabes, no es suficiente equipo para inquietar al conjunto de Mourinho.

Inicio chispeante del equipo local, motivado por el empuje del público y las dudas de Pepe al sacar el balón desde la defensa cometiendo errores impropios de un jugador de su categoría. A los 5 minutos el Madrid toma el mando del partido. De forma gradual, como si de una marea se tratase, va llegando a la orilla del Málaga: por dos veces estrella la pelota en la madera. La primera en una rápida maniobra de Higuaín con regate y disparo desde el borde del área, que besa la comisura del poste, y la segunda con un zambombazo de Khedira desde treinta metros, cuando la luz se le había apagado y no tenía más remedio. 

A la media hora llega el primer gol de la noche de Higuaín, que empalma ajustado al palo y de primeras un centro bombeado de Cristiano Ronaldo. El Málaga reacciona y crea tímidamente algo de peligro a través de Rondón, jugador más enérgico que trascendente.

A punto de llegar al descanso Welligton marra lamentablemente en el centro del campo ante Ozil, que conduce la pelota hasta el pico del área y recorta con la zurda a un defensa para asistir a Ronaldo, que viene en carrera y remata sin apenas oposición. 0 a 2 y partido finiquitado. La marea de juego compacto y sin fisuras emerge poco a poco, pero quien rompe la monotonía provocando oleaje intenso en la defensa rival son los dos protagonistas del segundo gol. La espuma blanca del mar de juego del equipo que hoy viste de negro la forman CR7 y Ozil.

Empieza la segunda parte con un penalty absurdo regalado por el Málaga, que transforma con seriedad Cristiano Ronaldo. El Málaga obtiene el tanto del honor, a través del central Kris, en un saque de esquina mal defendido en el segundo palo por Khedira. Es curioso el papel que juega el alemán de origen tunecino en el equipo. Es un secundario industrioso que acompaña a Xabi Alonso en la medular y que aporta más bien poco. Si mantiene la pelota más de dos o tres segundos se le ven sus enormes carencias en el juego.

Sin tiempo para muchas celebraciones llega el cuarto del Madrid en una buena combinación entre Ronaldo e Higuaín, que culmina éste último cruzando al palo largo del portero. Gran partido de Cristiano Ronaldo: dos goles y dos asistencias. Parece que en las dos últimas semanas ha salido del estado de ansiedad que le atormentaba desde principios de temporada después de su paupérrimo Mundial. Es un jugador extraordinario que aún debe mejorar en su conocimiento del juego. Es un magnífico solista, pero no sabe dirigir todavía al equipo. No posee las dotes de director de orquesta que sí tenía Zidane, que en su cabeza escuchaba una armoniosa melodía que sabía transmitir a sus compañeros de equipo como el mejor Von Karajan. Ronaldo, sin embargo, parece escuchar continuamente a Linkin Park tocando a rebato. Se acomoda el violín en el hombro y empieza a deleitar con muestras de su virtuosismo individual, pero no intenta combinar con la cuerda de Ozil, la percusión de Xabi Alonso o los vientos de Higuaín y Di María. Cuando aprenda a dirigir la orquesta en lugar de ser el hombre orquesta será el mejor jugador del mundo.

Hasta el final poco más: los brazos caídos del Málaga, la languidez de Benzema, las ganas de Pedro León y la vuelta del imberbe Canales.

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